OAKLAND, Calif. — Después de que la enseñanza en las escuelas comenzó a realizarse por internet en 2020, Jessica Ramos pasó horas esa primavera y verano sentada en un banco frente a la filial de la Biblioteca Pública de Oakland en el vibrante y diverso Distrito de Dimond. Ramos se conectaba al wi-fi de la biblioteca — a veces con su teléfono, a veces utilizando la única computadora portátil de la familia — para poder completar sus tareas y presentar ensayos o exámenes de sus clases en la Escuela Secundaria de Skyline. Ramos, acostumbrada a textear con rapidez, lograba realizar sus tareas en línea, de tal modo que al principio sus primeros trabajos escolares resultaban fáciles. Entonces llegaron los trabajos de cinco páginas para sus dos clases de AP.
“Era complicado”, dijo ella. “Tenemos esta enorme brecha digital que les dificulta [a los alumnos] recibir su educación”.
Al principio de la pandemia, solamente 12 por ciento de los alumnos provenientes de familias de bajo ingreso, o el 25 por ciento de todos los alumnos de las escuelas públicas de Oakland, tenían dispositivos electrónicos en sus casas y una fuerte conexión de internet. David Silver, director de educación de la oficina del alcalde, dijo que la gente hablaba de la brecha digital, pero nunca había habido suficiente energía para hacerle frente al problema. Cuando la pandemia llegó, de repente todos estaban prestando atención, dijo Silver, un ex maestro y director de escuela pública en Oakland.
“Si uno no tiene computadora, o no tiene internet, no tiene acceso a la enseñanza distante”, dijo Silver. “Los 50,000 niños que están en las escuelas públicas de Oakland no pueden estudiar si no tienen internet y computadoras. Tenemos que cambiar eso”.
Ahora, después de dos años de pandemia, Oaklandha podido conectar 98 por ciento de los alumnos del distrito provenientes de familias de bajo ingreso. Hasta el mes de febrero, la ciudad había entregado cerca de 36,000 computadoras portátiles y más de 11,500 puntos de acceso a estudiantes de escuelas públicas provenientes de familias de bajo ingreso. A pesar de que algunos alumnos continúan desconectados, el esfuerzo de Oakland ha surgido como un ejemplo de cómo hacer frente a una brecha digital en toda la ciudad.
“Estábamos utilizando la crisis como una oportunidad de darle atención a un error moral que necesita rectificarse para siempre,
no solamente durante la pandemia”, dijo la alcaldesa de Oakland Libby Schaaf. “No tenemos el lujo de no hacerlo”.
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Líderes de la ciudad, incluyendo a la alcaldesa Schaaf, dicen que detrás del éxito de Oakland está la colaboración entre el distrito, la oficina de la alcaldesa, el Fondo de Educación Pública de Oakland, la empresa sin fines de lucro Tech Exchange, la Promesa de Oakland y otras organizaciones de base comunitaria. Esa colaboración de Oakland, conocida como #OaklandUndivided, se lanzó en mayo de 2020. La ambiciosa meta fue eliminar de una vez la brecha digital de la ciudad mediante la entrega a cada alumno de escuelas públicas de los grados K-12 en Oakland de una computadora con la que podían quedarse, una conexión confiable de internet y un servicio de apoyo tecnológico multicultural constante en los idiomas que las familias usaran.
“No queríamos que esto fuera una solución de curita”, dijo Jordan Mickens, un asociado especializado en política pública de Equidad Educacional que trabajó como administrador del proyecto #OaklandUndivided hasta agosto de 2021.
Mientras la mayoría de las escuelas del país regresaban a la enseñanza en persona, los alumnos siguen teniendo dificultades para terminar sus tareas en sus casas o participar en aprendizajes en línea porque carecen de un servicio de internet adecuado y de acceso a una computadora en sus casas — un fenómeno comúnmente conocido como “la brecha de tareas en casa”. Según un informe del grupo de expertos New America, 1 de cada 8 niños provenientes de familias de bajo ingreso no tienen una computadora en sus casas, en tanto 1 de cada 7 carecen de acceso a internet de banda ancha.
“La brecha de las tareas en casa no es algo nuevo. Simplemente se ha exacerbado con la pandemia”, dijo Rebeca Shackleford, directora de relaciones del gobierno federal en All4Ed, una organización de defensa de la educación sin fines de lucro. “Hay chicos que se sientan en los estacionamientos de autos de McDonald’s para poder hacer sus tareas, y eso es una tragedia”.
Antes de la pandemia, a menudo se consideraba la brecha digital como un problema rural. Pero el esfuerzo caótico para lograr que los alumnos hicieran sus estudios en línea durante los cierres de escuelas por causa del Covid dejó claro que el tema afecta a americanos dondequiera que vivan. Un estudio reciente de EducationSuperHighway, una organización sin fines de lucro que trabaja con distritos escolares para ayudarlos a eliminar la brecha digital, encontró que la cuestión de precios asequibles era el principal factor contribuyente.
A pesar de estar 40 millas al norte de Silicon Valley, sede de gigantes tecnológicos como Google y Apple, Oakland estaba profundamente desconectada cuando la pandemia cerró sus escuelas. Cuando el Distrito Escolar Unificado de Oakland (OUSD por sus siglas en inglés) cerró, sus 83 escuelas administradas por el distrito y 33 escuelas chárter servían a más de 49,000 estudiantes. Kyla Johnson-Trammell, la superintendente de Oakland, dijo que los primeros dos meses de la pandemia fueron una locura.
“Todos paticiparon. Fragmentamos lo más que pudimos en marzo y abril de 2020”, dijo ella. Aun así, añadió, hubo “tantas historias de chicos utilizando sus teléfonos celulares para terminar sus tareas, para realizar búsquedas en internet, o para averiguar cómo llegar a las bibliotecas públicas para tener acceso a dispositivos electrónicos”.
El distrito buscó en sus reservas existentes de dispositivos electrónicos y puntos de acceso para prestarlos al mayor número posible de alumnos, dijo Preston Thomas, jefe de sistemas y oficial de servicios de OUSD.
Muchos de los dispositivos llevaban ya de 4 a 5 años de fabricados. Por haber estado el distrito bajo significativas presiones financieras durante los cinco años anteriores a la pandemia, “no habíamos realmente invertido en nuestra infraestructura relacionada con la tecnología”, dijo Thomas.
Jen Bender era una líder maestra instruccional y coordinadora de tecnología antes de la pandemia en la Escuela Secundaria de Castlemont, un vecindario de bajos recursos en East Oakland. Ayudar a la escuela con sus necesidades tecnológicas había sido apenas una pequeña parte de su trabajo. En abril de 2020, Bender fue situada a la cabeza del aprendizaje a distancia de la escuela y buscar dispositivos electrónicos para los alumnos se convirtió en un trabajo a tiempo completo.
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Al principio, les pidieron a los alumnos que vinieran a buscar un dispositivo si no tenían uno. Pero el transporte público se vio interrumpido cuando el estado comenzó una política de que las personas permanecieran en sus casas, y algunos de los alumnos y sus padres no tenían manera de llegar a la escuela. Los familiares de otros alumnos eran trabajadores esenciales y no podían acudir a la escuela durante el día. Los recién llegados que no hablaban inglés fueron los más difíciles de localizar.
“Nos dimos cuenta de que teníamos verdaderamente que identificar a las familias”, dijo Bender. El distrito buscó a trabajadores comunitarios que hablaban español y mam, un lenguaje maya, y “los pusieron a hacer llamadas telefónicas individuales a las familias para que vinieran a recoger sus dispositivos electrónicos”.
“No queríamos que esto fuera una solución de curita”.
Jordan Mickens, asociado especializado en política pública de Equidad Educacional que trabajó como administrador del proyecto #OaklandUndivided hasta agosto de 2021.
Thomas dijo que, a la llegada del mes de mayo, los líderes del distrito se percataron de que depender de que los líderes de la enseñanza a distancia entendieran lo que estaba pasando en el terreno no era suficiente. “No contábamos con una manera centralizada de encontrar dispositivos para los alumnos” dijo. “No teníamos idea. Cada escuela tenía su hoja de cálculos individual de Google y no existía un sitio central que pudiéramos mirar”.
Mientras tanto, Johnson-Trammell y la alcaldesa Schaaf habían tenido varias conversaciones sobre cómo hacer frente al acceso a la tecnología y a la conectividad. Según la pandemia se iba desarrollando, los funcionarios de la ciudad veían también cuán profundamente la falta de acceso a la tecnología impactaba a todo Oakland. Casi todo recurso y pieza de información sobre Covid-19, incluyendo dónde buscar comida y cómo aplicar los beneficios del desempleo, se distribuía digitalmente.
“Toda la información estaba en internet. Y me imaginé, por un minuto, cómo debe de sentirse una madre que no tenga una conexión a internet o una computadora”, dijo la alcaldesa Schaaf. “Todo iba más allá de simplemente educación. Para las familias de Oakland se trataba literalmente de sobrevivir. La tecnología era lo que le daba vida a la información”.
Jordan Mickens, que pasó su primer año de maestro en la Escuela Secundaria de Castlemont en 2014, aprovechó la oportunidad de dirigir la nueva campaña para eliminar la brecha digital, conocida también como #OaklandUndivided, en junio de 2020.
Lo primero que hizo el grupo, dijo Mickens, fue comenzar a averiguar el número de estudiantes de escuelas públicas en Oakland que ya tenían un dispositivo electrónico y servicio de internet, y los que todavía no tenían. Para mayo de 2021, la campaña había encontrado a través de la encuesta a aproximadamente 70 por ciento de todos los alumnos de escuelas públicas en todo Oakland. Antes de comenzar, el equipo de #OaklandUndivided había anticipado que unos 25,000 estudiantes necesitarían dispositivos electrónicos, o internet, o ambas cosas, basado en unas encuestas escolares anteriores y a la información del censo. La revisión tecnológica “nos abrió los ojos”, dijo Mickens.
#OaklandUndivided calculó que el 75 por ciento de los alumnos de escuelas públicas de K-12 grados, o casi 40,000, estaban desconectados o subdesconectados, con un acceso a internet indecuado.
Mientras tanto, el equipo dirigente de #OaklandUndivided, compuesto por personal empleado por múltiples agencias que participan en la organización, se reunía semanalmente y lanzó una campaña de recaudación de fondos con una cifra meta de $12.5 millones para proveer los primeros dispositivos electrónicos y puntos de acceso. La campaña logró atraer a grandes donantes como el co-fundador de Twitter Jack Dorsey, quien prometió donar $10 millones para ayudar a lograr la cifra meta.
La campaña dependió de Tech Exchange, una organización sin fines de lucro basada en Oakland que ha estado trabajando para eliminar la brecha digital durante más de dos décadas, para comprar dispositivos electrónicos y puntos de acceso.
Para marzo 16 de 2021 — un año después del cierre de las escuelas de Oakland — la asociación había entregado 25,000 dispositivos Chromebooks a alumnos de familias de bajo ingreso.
“Si uno no tiene computadora, o no tiene internet, no tiene acceso a la enseñanza distante. Los 50,000 niños que están en las escuelas públicas de Oakland no pueden estudiar si no tienen internet y computadoras. Tenemos que cambiar eso”.
David Silver, director de educación de la oficina del alcalde
Mickens dijo que la distribución de los dispositivos — que los estudiantes pueden hacer suyos permanentemente — fue una experiencia que nunca olvidará. Cuando él enseñaba en Castlemont en 2014, la escuela tenía solamente un dispositivo Chromebook. “Ir de ahí a darle a cada alumno su propia computadora … fue increíble participar en eso”, dijo.
The Oakland Reach, un grupo de apoyo dirigido por los padres y que trabaja para comunidades que han recibido un bajo nivel de servicio, se sumó a la colaboración conjuntamente con otros grupos comunitarios para llegar a un mayor número de familias.
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Al principio de la pandemia, Bernadette Fenceroy, que tiene cuatro hijos en escuelas públicas de Oakland, dependió de un solo dispositivo electrónico prestado y un punto de acceso que funcionaba esporádicamente. Nadie pudo aprender mucho, añadió ella.
“Es difícil tener a varios chicos en el teléfono y no poder obtener toda la información”, dijo Fenceroy. “Y muchas veces [mi hijo] tenía sesiones de tutoría. No se pueden hacer por teléfono y tienen que hacerse en una computadora portátil o de mesa”.
Fenceroy respondió a la encuesta de Tech Check para vere si su familia cumplía con los requisitos para recibir dispositivos electrónicos gratis después de saber de ese programa a través de Oakland Reach.
Cuando Fenceroy finalmente recibió la llamada en mayo de 2021 innformándole que fuera a recoger las computadoras portátiles permanentes de sus hijos, casi no lo pudo creer. Fotografió uno de los dispositivos y llamó a Brown: “¡Creo que la tengo! Creo que tengo la computadora”.
Aunque ahora sus hijos tienen sus dispositivos electrónicos, Fenceroy tiene la esperanza de que el distrito y los miembros de #OaklandUndivided no cometan un error. Ella quiere que ellos se mantengan en contacto, y que los dispositivos funcionen y les informen a los padres cómo pedir ayuda si no funcionan bien.
El proyecto #OaklandUndivided ha evolucionado desde su inicio. Con la vertiente de fondos federales disponibles para las escuelas en respuesta a la pandemia, Oakland está aprovechando esta oportunidad para fortalecer el programa. El distrito recibió cerca de $130 millones del Fondo de Alivio de Emergencia para Escuelas Primarias y Secundarias (ESSER por sus siglas en inglés) además de dineros del Fondo de Emergencia para la Conectividad (ECF por sus siglas en inglés) un programa federal que ha ayudado a escuelas y bibiotecas a ofrecer acceso a internet y conexión de dispositivos a estudiantes y educadores durante la pandemia.
Pero esos fondos federales vienen acompañados de parámetros. Todos los dispositivos electrónicos que #OaklandUndivided distribuyó al principio de la pandemia fueron regalos permanentes a las familias; los funcionarios dijeron que esto era importante porque los dispositivos administrados por el distrito tienen restricciones para su uso. Un aparato permanente puede ser útil a padres que tratan de acceder recursos en línea o sus propias educaciones, o puede acompañar a un estudiante a la universidad.
Los programas de ESSER y ECF requieren que todo aparato comprado sea propiedad de la escuela o el distrito. De modo que, desde el primero de agosto, todos los dispositivos de #OaklandUndivided que se han distribuido son prestados.
“Tenemos esta enorme brecha digital que les dificulta [a los alumnos] recibir su educación”.
Jessica Ramos, estudiante
Aunque los estudiantes pueden quedarse durante cinco años con los dispositivos que el distrito les ha prestado, la iniciativa de #OaklandUndivided todavía está tratando de cumplir su promesa de entregar dispositivos permanentes.
“Al reconocer la importancia de que los estudiantes tengan sus propias computadoras, estamos trabajando con Tech Exchange este año para distribuir 4,800 computadoras reconstruidas a familias que no tienen computadoras propias”, dijo Patrick Messac, actual administrador del proyecto #OaklandUndivided.
Los fondos federales en sí no son permanentes. Los fondos de ECF, que originalmente se establecieron para expirar este mes de junio, han sido recientemente extendidos hasta junio 30 de 2023. Los de ESSR expiran en 2024. Kyleigh Nevis, que está cargo de dispositivos y operaciones en #OaklandUndivided y OUSD, dijo que el programa de Oakland está enfocado hacia el futuro y puede, por ejemplo, transferir a alumnos que estén en planes de puntos de acceso al Proyecto T-Mobile 10Million, un programa nacional que ofrece internet gratis a familias de estudiantes pobres y desatendidos.
A partir de enero, dijo el equipo de #OaklandUndivided, 35,960 familias de estudiantes de escuelas públicas han recibido un dispositivo Chromebook o un punto de acceso, o ambos.
Para aquellos que todavía no los han recibido, el distrito ha dado un impulso este año a los llamados alumnos de alta prioridad: aquellos que están en mayor riesgo y tienen más necesidades, y a quienes el programa aún no les ha podido llegar.
“Estamos tratando de encontrar soluciones creativas para llegar a esos alumnos más difíciles de alcanzar”, dijo Messac. A partir de diciembre, el distrito había encuestado a 6,953 estudiantes y les había entregado unos 5,835 dispositivos Chromebooks adicionales.
El ausentismo escolar continúa siendo uno de los impedimentos principales para encontrar a esos alumnos difíciles de localizar, dijo Messac. El distrito de Oakland enfrenta también una crisis financiera, y John Sasaki, director de comunicaciones de OUSD, dijo que planean cerrar dos escuelas. Aunque el programa de #OaklandUndivided está separado y funciona en asociación con la ciudad que no depende totalmente de fondos del distrito, el cierre de las escuelas podría complicar los esfuerzos futuros para llegarles a esos alumnos que no están conectados todavía. Messac dijo que el programa trabaja con el distrito para asegurar que, si los alumnos de las escuelas afectadas necesitan acceso digital, se proveerán esos recursos.
#OaklandUndivided colabora también con organizaciones nacionales sin fines de lucro. En noviembre, la organización EducationSuperHighway anunció que Oakland era la ciudad piloto inaugural para su iniciativa nacional de eliminar la brecha de la asequibilidad. Esta colaboración está distribuyendo wi-fi gratis a edificios de apartamentos donde viven familias de bajo ingreso.
“Oakland ha hecho un trabajo fenomenal al crear una colaboración entre el sector público y privado para conectar a sus desconectados”, dijo Evan Marwell, director ejecutivo de EducationSuperHighway. “Eso fue realmente algo efectivo para muchos alumnos. No ha sido una solución perfecta, pero fue el mejor esfuerzo en todo el país”.
Este artículo acerca de la brecha digital fue producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Lea sus otros artículos en español.